El estilo de vida francés, enfocado en la búsqueda de la felicidad, se caracteriza por un equilibrio armonioso entre el "tener", el "hacer" y el "estar". No se trata de acumular posesiones, sino de cultivar experiencias y un estado de bienestar. En cuanto a *"Tener"*, los franceses tienden a valorar la *calidad sobre la cantidad*. Esto se refleja especialmente en su aprecio por la gastronomía, los buenos vinos y un entorno agradable. Más que poseer muchos objetos, priorizan tener acceso a experiencias placenteras y de calidad que enriquezcan su vida diaria, como disfrutar de buena comida o pasar tiempo en ambientes estéticos y confortables. El *"Hacer"* es fundamental y se centra en el *equilibrio entre la vida laboral y personal*. Los franceses son conocidos por evitar el agotamiento profesional, dedicando tiempo a actividades de ocio, largas vacaciones y, a menudo, a paseos relajados. La gastronomía también juega un papel crucial en ...