Tu eres mi tarea, la tarea que he que
escogido por vocación y formación y que me ha escogido, que me construye y le
da sentido en gran parte a mi acción humana cada día sobre esta tierra. La
tarea cobijada
bajo la bandera de la “Rosa de los vientos”
Te hago día a día, con alegría, pero a veces también con
lágrimas por el dolor de la impotencia frente a situaciones cotidianas que nos
desbordan, a veces con incertidumbre, pero al final con gran esperanza.
Confianza en que mis acciones contribuyen (aunque sea
poco, aunque sea lento) de manera trascendental en la construcción de proyectos
de vida de las comunidades educativas a las que pertenezco.
Te hago todos los días, hasta
los sábados por la mañana, hasta los domingos, aunque me pierda mi programa
favorito o la caminata matutina, porque una gran pasión me embarga, la pasión
por ver un mundo cada vez más equitativo, más libre, más fraterno, más humano,
comprometido con una vida cada vez más digna y deseable de ser vivida. Una vida
en la que las generaciones presentes y futuras puedan ser la mejor versión de
ellos para si mismos y para sus “próximos”.
Repujo tus mapas con cuidado
en papel pergamino y delimito tus márgenes con mucho esmero esperando que el
lunes tan anhelado, todas las personas que valoran la verdad del conocimiento y
mi esfuerzo, te reciban con gratitud y aprovechen con gozo tus enseñanzas.
¡Soy Orientador y por eso doy
gracias ¡
Amilkar Brunal
Orientador Educativo
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