Parte de las enseñanzas judeo-cristianas como
llegan culturalmente en sus diferentes vertientes(católica y evangélica
principalmente) a la vida contemporánea, predican esencialmente el ideal
de SER cristiano como el acto de Vivir (Estar) la
vida con actitud de peregrinaje hacia la vida espiritual (Transicionalidad) por
lo cual se debe evitar la acumulación de bienes materiales(Tener) en
procura de virtudes espirituales o celestiales (virtudes teologales: Fe
Esperanza, Caridad .Por su parte la línea evangélica del cristianismo hace
énfasis en el fruto del Espíritu Santo (Amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, Fe, mansedumbre y dominio propio que beneficia al
prójimo como acto de amor(Hacer) hacia Dios y hacia sí mismo. El
perdón también se predica como una práctica espiritual fundamental (Ser
perdonador) En ese sentido, el perdón se puede interpretar como uno de
los componentes transversales en esas relaciones de amor, aceptación y
compasión.
El cristianismo como estilo de vida en las
categorías Ser, Tener, Hacer y Estar:
Ser: En el cristianismo, el "Ser" se centra en ser una nueva creación en Cristo,
transformados por el Espíritu Santo para reflejar el carácter de Jesús. Implica
cultivar virtudes como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la
amabilidad, la bondad, la Fé, la gentileza y el dominio propio (Gálatas
5:22-23).
Tener: En el contexto cristiano, el "Tener" no se refiere
principalmente a posesiones materiales, sino a tener una relación personal con
Dios a través de Jesucristo, tener la vida eterna, tener el perdón de los
pecados y tener la promesa de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la
vida del creyente.
Hacer: El "Hacer" en el cristianismo
implica vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, amar a Dios y al prójimo,
servir a los demás con humildad y compasión, compartir el evangelio, orar, leer
la Biblia y participar en la comunidad de fe. Se trata de poner en práctica los
principios cristianos en todas las áreas de la vida.
Estar: En cuanto al
"Estar", el cristianismo se refiere a estar en comunión con Dios,
estar en paz con uno mismo y con los demás, estar presente en el momento, estar
en la voluntad de Dios y estar en el mundo como luz y sal, impactando
positivamente a la sociedad.
En resumen, el cristianismo
como estilo de vida es una invitación a ser transformados por el amor de Dios,
a tener una relación personal con Él, a hacer su voluntad y a estar en comunión
con Él y con los demás.
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